Tener miedo es algo natural, forma parte de la condición humana y no lo podemos evitar, pero sufrir miedo irracional no es natural. En tiempos pasados, el miedo era una respuesta lógica a los peligros a los que estaban expuestos nuestros ancestros. Por ejemplo, el miedo a la integridad física cuando salíamos a cazar para nuestra supervivencia.
El gran problema viene cuando en la sociedad que llamamos “moderna” (aunque parece que nos cuesta aprender del pasado) podemos llegar a transformar cualquier preocupación cotidiana en un miedo irracional:
Miedo al fracaso
Miedo a no ser aceptado por los demás
Miedo a socializar
Miedo a los espacios abiertos
Miedo escénico al hablar en público (glosofobia)
Miedo a perder el trabajo
Miedo a quedarme sin dinero
Miedo a morir
Y un largo etcétera…
GRADOS DE MIEDO IRRACIONAL
El miedo es inevitable pero la buena noticia es que lo podemos gestionar. Porque cuanto más pensemos en el miedo sin gestionarlo, más grande se hará.
Al miedo lo podemos clasificar en varios grados, según el nivel de trascendencia que le damos y en que nos afecta mentalmente.
Los dos primeros niveles son de tipo racional y no suponen un gran peligro mientras los gestionemos conscientemente: son la inquietud y la preocupación.
Los siguientes niveles sí que suponen un gran problema para nuestra salud mental porque no los hemos sabido gestionar y, por tanto, han ido creciendo con todo lo que les hemos dado de comer: son el trastorno y la fobia. Vaya, que el asunto se nos ha ido de las manos y hemos acabado convirtiendo una inquietud o preocupación aparentemente inofensivas en un miedo irracional que nos hace daño. Y los síntomas ya los conocemos: angustia, ansiedad, depresión…
FORMAS DE TRATAR EL MIEDO IRRACIONAL
Existen 3 formas de tratar el miedo irracional.
- Evitarlo: huir del miedo irracional no va a hacer que desaparezca. Al contrario, al estar pensando constantemente en cómo evitarlo, lo haremos más grande.
- Tratarlo con psicofármacos: la medicina hace su trabajo al reequilibrar químicamente los niveles adecuados de neurotransmisores en nuestro cerebro. Aun así, es la forma antinatural de gestionarlo y por desgracia la más habitual hoy en día. Los fármacos no eliminan el problema de raíz, sino que solo lo tapan, pero son la única solución actual para las personas que no están dispuestas a hacer un trabajo interior de superación. Además, crean dependencia y tienen efectos secundarios.
- Afrontarlo: la manera natural de gestionar un trastorno o fobia que nos angustia es mirándolo de cara y exponiéndonos a él en pequeñas dosis y de forma controlada hasta que deje de afectar a nuestra salud mental. Puede parecer una incongruencia que la forma de tratar el miedo sea metiéndonos de lleno en él, pero es así. Es lo que se conoce como técnica de exposición de la terapia cognitivo-conductual. Sin darme cuenta, es la forma en que yo afronté y superé el miedo escénico, el miedo a hablar en público, y que me sirve hoy para ayudar a otras personas a conseguirlo. Es nuestra mente la que fabrica el miedo irracional y por lo tanto, solo podemos vencerlo con trabajo mental.
La terapia cognitivo-conductual existe desde hace más de 100 años y ha servido para superar trastornos mentales de millones de personas. Uno de mis referentes actuales es el doctor Rafael Santandreu, que en su libro “Sin miedo” lo explica con multitud de testimonios.
Entonces, si este método es tan efectivo… ¿por qué no lo usa todo el mundo en vez de consumir medicamentos?
La respuesta es clara: afrontar el miedo de forma natural se basa en un trabajo interior de superación personal que requiere tiempo, esfuerzo, constancia y resiliencia. Así que las pastillas son una tentación de aparente solución rápida y sin esfuerzo, pero a cambio pagamos un alto precio…